¿Qué gastos pueden deducirse los autónomos y cuáles no?

Los autónomos que tributan por estimación directa (normal o simplificada) pueden deducirse todos aquellos gastos necesarios para el desarrollo de su actividad económica. La clave está en que el gasto esté relacionado con la actividad profesional, esté justificado con factura y se registre correctamente en la contabilidad.

✅  Ejemplos habituales de gastos deducibles:

  • Alquiler de local u oficina.
  • Suministros como electricidad, agua o teléfono (si están afectos a la actividad).
  • Material, herramientas o maquinaria.
  • Ordenadores, programas informáticos y licencias.
  • Seguros profesionales y de salud.
  • Formación relacionada con la actividad.
  • Sueldos de empleados y Seguridad Social.
  • Servicios contratados a terceros (gestores, abogados, diseñadores…).

Además, si estás en estimación directa simplificada, puedes aplicar un 5% adicional en concepto de gastos de difícil justificación, sin necesidad de presentar facturas por ese importe.

⚠️ Gastos más problemáticos

Existen ciertos gastos que, aunque frecuentes, no siempre son aceptados por Hacienda:

  • Ropa: salvo que sea un uniforme profesional claramente identificado, no se acepta como deducible.
  • Vehículos: si el coche se usa también para fines personales, Hacienda suele rechazar su deducción.
  • Comidas: solo se admiten si se hacen fuera del municipio habitual por motivos profesionales y están bien justificadas.
  • Gastos del hogar: si trabajas desde casa, se puede deducir una parte proporcional del alquiler y suministros, pero el trámite es complejo y poco rentable para muchos.

Para evitar complicaciones con Hacienda, es fundamental que los autónomos mantengan una contabilidad clara y bien organizada. Toda deducción debe estar respaldada por una factura y reflejada correctamente en los registros. Además, conviene asegurarse de que el gasto esté directamente relacionado con la actividad económica, sin ambigüedades. En Vosel, te acompañamos en todo este proceso para que puedas deducir lo que corresponde con seguridad, sin asumir riesgos innecesarios y optimizando tu fiscalidad de forma legal y eficaz.