La contabilidad es la disciplina que permite reflejar la actividad económica de un negocio. Se basa en un conjunto de procedimientos estandarizados que se conocen como los Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados (PCGA).
El objeto de la contabilidad es proporcionar información de confianza sobre los estados de una empresa obtenidos en un periodo de tiempo determinado. Gracias a la contabilidad quienes administran un negocio pueden tomar decisiones estratégicas.
Los cuatro propósitos fundamentales de la contabilidad son:
- Documentación.
- Declaración e información.
- Control.
- Disposición.
La documentación sirve para tener todo organizado: saber de dónde vienen las entradas y salidas de dinero o de capital de la empresa.
Por otro lado, es obligatorio declarar e informar sobre los beneficios y el patrimonio neto de la sociedad a la Agencia Estatal de la Administración Tributaria (AEAT) ya sea al final del trimestre, del ciclo contable o cuando sea requerido.
Es imprescindible tener un control de estas entradas y salidas para poder tomar decisiones y determinar los presupuestos de la empresa.
Finalmente, la contabilidad sirve para conocer la disposición de los bienes, derechos y obligaciones de la empresa y de su patrimonio neto en función de su grado liquidez y exigibilidad.
Por lo tanto, la contabilidad puede tener un carácter interno, para que la propia empresa sepa en qué situación económica se encuentra, o externo, para proveer con información a aquellos que necesitan tenerla.